octubre 18, 2014

[EL CIRCO AMBULANTE]

¡QUE SE ACABÓ LA FIESTA!

Y los mariachis callaron. ¿En dónde está el país que, tras 12 años de muertes al por mayor de régimen panista, parecía desaparecer? ¿A dónde se fue el país que papá PRI nos había regresado como en los mejores años salinistas con el TLCAN como alfombra para el resto del mundo? ¿A dónde emigró el México de bueno, votamos por un muñeco muy guapo y de cartón pero ya sacamos 10 reformas en dos años?. 

El México que se elevaba como ave fénix se fue al carajo. O al fondo de una narcofosa.

El cielo que nos había pintado el gobierno peñanietista, al mero estilo del mejor cuadro de Bob Ross, se tornó en sangre y horror en tan solo un par de meses. La bomba que estalló en Tlatlaya, estado de México; y en Ayotzinapa, Guerrero; le dio un balonazo en la jeta al gobierno que ya nos había proyectado como el México de vanguardia del siglo XXI. El México de volvimos a perder el mundial pero la reforma energética será la panacea tan anhelada durante décadas.

Queda de nuevo al descubierto un sistema podrido por la delincuencia.

La matanza de 22 criminales por parte del Ejército en el primer caso, y la carnicería de 43 estudiantes por policías y delincuentes en el segundo, nos transporta en flashback a los años calderonistas en donde cada informe de gobierno parecía un parte de guerra. Hasta que aplicaron la del superportero y en vez de decir “guerra” decían “lucha” y/o “combate” al narcotráfico. La misma azúcar pero light. Los mismos muertos pero pixeleados para la televisión. El mismo fondo pero diferente forma.

Las instituciones vuelven a brillar por su ineficacia ante problemas de semejante tamaño.

Ambos casos traen de vuelta al escenario la barbarie a la que nos acostumbramos del 2006 al 2012 y resurge el temor de que el Estado sigue nadando en sangre. Ahora los periodistas ya no hablan [o hablaban] de pozoleados sino de pactos por México. Por un instante creímos que el mexican moment había llegado aún cuando la madre de todas las reformas, la energética, fue hecha sin tomar en cuenta la voz del pueblo. Muy al contrario de Europa en donde la población sí incide en la toma de decisiones del gobierno.

Pero ya vienen elecciones el próximo año y, por desgracia, éstas y otras tragedias serán usadas como arma política.

Después del terremoto, ¿quién va a votar por el PRD en Guerrero en 2015? ¿Quién va a confiar de nuevo en las autoridades cuando éstas entregan a las víctimas a la delincuencia? ¿Quién dará su voto de confianza para las promesas de campaña de los nuevos abanderados el próximo año? ¿Quién creerá en el blindaje electoral que, ahora sí, todos los partidos juran activar para que no haya narcos entre sus filas?.

Ya nadie les cree un carajo. ¡Al diablo con las instituciones!. 

Y esto apenas comienza... Si las casi 30 narcofosas halladas en Guerrero no contienen los restos de los 43 normalistas desaparecidos, que RT aseguró todos fueron masacrados y quemados, ¿entonces de quiénes son? ¿Qué se guardó el gobernador Ángel Aguirre Rivero cuando hizo el cambio de estafeta con Zeferino Torreblanca Galindo? Hay más preguntas que respuestas. Hay más muertos que hoyos en la tierra. Hay más corrupción que padres y madres pidiendo de vuelta a sus hijos.

¿A DÓNDE SE FUE EL SAVING MEXICO?


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